Parusía©
El Último Testamento

De: Hugo Harrell
(Fragmento)



EL SuEÑo dE JESúS…(escena 7)



Y en un instante, el pequeño huerto se llenó de luces y ruido.

Con antorchas y el sonido del choque de las espadas, un grupo de hombres irrumpieron con Judas al frente…

Este avanzó…dió un paso para besar a Jesús…y así, de inmediato lo aprendieron…
Jesús no se resistió.

Pedro desenvainó su espada y cortó la oreja a uno de los esclavos del sumo sacerdote.

Decidido, Jesús exclamó:
“¡Basta ya!”
Y curó al esclavo…
Lo que así había comenzado, pronto se precipitó…

La obscura y silenciosa noche de aquella vieja ciudad fué muchas veces perturbada antes de que amaneciera, Jesús fue llevado al lujoso sector de monte Sión, donde estaba la casa de Anás, líder de importancia y político astuto. Este Interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y su doctrina, Jesús afirmó:

“Siempre he hablado abiertamente en las sinagogas y en el templo, pregunta a los que me han oído, qué es lo que les he hablado, bien saben ellos lo que les he dicho…”

Ante ésta respuesta un guardia abofeteó a Jesús por su insolencia y el interrogatorio cesó.
Tiempo más tarde, con el tenue destello de luz de las antorchas extinguiéndose y la luz de la luna entrando por una pequeña ventana de una de las habitaciones destinadas a la servidumbre del palacio, se halla él…sentado sobre una manta…callado, meditando…
Con profunda pena al observar, pero al mismo tiempo con el interés de aclarar este momento, nos aproximamos y hablamos…

“Jesús, Hermano…
No te asustes, venimos de muy lejos en el tiempo…
un tiempo que no conoces y no conocerás…ya que si lo hicieras, sabrías que todo esto, más lo que te falta, no valdrá la pena…”

Jesús entonces levantó su mirada hacia los extraños…
Se quedó impávido, intrigado y sorprendido por lo que acababa de escuchar…pero no mencionó palabra alguna…

“Queremos saber, ya que no hemos encontrado respuesta en nuestro tiempo; ¿en qué parte?…¿exactamente en qué instante de estos dos mil años nuestros…se perdió tu alma?…”

Jesús, sólo apretó sus brazos contra el pecho, como si le faltara el aire o sintiera que en aquel momento su corazón dejaría de latir…no podía respirar y sus ojos se llenaron de lagrimas, pero no lloró…

“No hermano, no tengas miedo…
no te haremos más daño del que te han hecho…
sólo queremos conocerte…y esta vez aprender ”

Después de un largo silencio, Jesús bajó triste la mirada, pero asintió…
Los extraños preguntaron:

“Dinos por favor hermano, ¿por qué la gente dice que eres el hijo de Dios?…”

“¿Sabes, como hijo de Dios que dices ser, que tus futuros ejecutores serán los que levantarán una Iglesia en tu nombre y cobijarán las riquezas más grandes del mundo a costa del sufrimiento, la sangre y la ignorancia de los pobres y los débiles?…”
“Sabes que después de tu muerte no resucitarás como crees, si es que tu lo crees; y todo lo que llevas hecho hasta ahora será interpretado de manera muy diferente…?”

“Hermano; mucha gente…más de la que has visto hasta ahora; morirá de las formas más espantosas en manos de tus “seguidores” y en tu nombre, se cometerán las matanzas más crueles de la Historia de la Humanidad…”

“¿Es eso lo que estás buscando?…¿no eres acaso demasiado cruel?…¿O de verdad lo ignoras…?”

“¿Sabes que los que no sigan estas doctrinas de las que te hablamos, serán perseguidos y estigmatizados mucho peor de lo que lo estás siendo torturado tu ahora…?

“¿Sabes que incluso los que intenten seguir al pie de la letra tus enseñanzas sufrirán la misma suerte?…”

“¿Estás enterado amigo mío, que precisamente estas tierras serán motivo de la guerra más estúpida, larga y sangrienta de la Historia?…”

“Que se la intentarán arrebatar como perros rabiosos y que la sangre de los creyentes se irá regando centímetro a centímetro para cultivar su odio”…

“¿Sabes que paradójicamente, los que no creerán en ti en el futuro, ni en el que dices que es tu padre espiritual, ni en ningún otro Dios, serán, sin querer, los que sigan más cercanamente tus obras?”

“Perdónanos, hermano…pero debemos detenerte, lo que haces es un error, el error más grande…tú eres el error…
Por favor observa estas imágenes…ni tu recuerdo, ni el supuesto poder de tu padre espiritual podrán detener esto…por el contrario, todo esto sucede en tu nombre y al parecer con la autorización de ambos…
por lo menos eso nos han hecho creer…”
“Por favor, ve esto…” (aparece un holograma)

Jesús observó fijamente aquellas imágenes que aparecieron de forma extraña para él, segundo a segundo, su respiración se fue entrecortando, sabía en ese momento que algo se le había ocultado…que Dios algo había olvidado mencionarle…Que Dios tal vez lo había engañado…

Apretó fuertemente los dientes y respiró profundamente para mitigar la falta de oxigeno que lo estaba aquejando, un sudor frío recorrió su espalda y se le erizó la piel con los desgarradores gritos y llantos de aquellos que aparecían en las imágenes…

Un nudo en la garganta lo ahogó; sus entrañas le rogaban que les permitiera gritar, detener aquello…sus ojos estaban a punto de reventar, parecía que las lagrimas los arrojarían contra la pared…pero Jesús no podía llorar…

Su llanto sería insuficiente, para acallar lo que sus oídos le estaban permitiendo escuchar y sus ojos observar…
Jesús no lloró…
Después, las imágenes se detuvieron…

Posterior a otro interminable silencio; los extraños observaron que aquel hombre que se hallaba tendido ya sin fuerzas por haber luchado contra algo en su interior que no conocía y que jamás le mencionaron que pudiera existir, era solo eso…
un hombre.

Abatido por su ignorancia esclarecida de tan extraña forma, temblaba de frío y al parecer…de miedo.

Los extraños nunca pensaron verlo abatido de esa manera, tal vez en el fondo esperaban de alguna manera encontrar algo de fuerza para verse contagiados y regresar invadidos de algo que no habían encontrado en su tiempo…pero no fue así.
Aquel hombre…Jesús…tenía miedo, por fin lloraba como un niño…poco a poco, comenzó a gemir con tanta fuerza que sus gemidos se transformaron en gritos que quemaban su garganta y los oídos de los extraños…


“Si esto ha de pasar…les suplico terminen con mi vida en este instante…!!!
¡No quiero ser parte de esto! ¿o acaso sois enviados de Satán para detener mi misión?…

“Eso, mi querido hermano sería lo que más nos gustaría después de haber vivido lo que hemos vivido…” Sería aun mejor que fuésemos enviados del Diablo para engañarte, que lo que has hecho tu con el simple hecho de existir…
Hoy nos damos cuenta que existes, pero como lo que eres en realidad…
Frente a ti suplicamos: “Que Dios nos proteja”…no eres más que un hombre con miedo…pero hoy también sabemos que Dios jamás nos protegerá…No existe tal Dios.
pero desgraciadamente hermano, no podemos terminar con tu vida…eres un mal necesario, algún día, con la caída de tu nombre y el de tu padre, la humanidad crecerá y se renovará…”

Jesús atónito por aquellas frases preguntó:

“¿Acaso estáis diciendo que es necesario que sufra tanta gente para que la humanidad crezca?”

“Tu debes saberlo hermano…
tu eres el hijo de Dios…”

Entonces se levantó precipitadamente y después de una larga pausa mientras observaba por la pequeña ventana y su rostro se iluminaba con aquella tenue luz, pudimos observar que no podía dejar de llorar…
Bajó la mirada hacia la tierra y encontró una vasija donde quedaba un poco de agua…con odio inusitado la arrojó hacia la pared y tomó uno de los quebrajos…
…y sin respirar, intentó clavarlo en su cuello…
De pronto mientras parecía que se hacía una pausa en el tiempo, aquella arremetida se detuvo justo unos milímetros de acallar su temblorosa respiración…
Con rabia, como quien pelea por detener tal agresión…bajó lentamente la mano al darse por vencido y dejó caer aquel trozo de barro sobre el suelo…
Y frente a nosotros, este pequeño hombre, ya minimizado por la magnitud de los hechos, se desmayó…
Corrimos para auxiliarlo…y mientras lo sostenía entre mis brazos, muy despacio se fue recuperando…
Después lentamente abrió los ojos…y dirigiendo su mirada hacía mi con la tristeza más profunda que haya podido observar…nos dijo…

“Hermanos…tengo miedo…
Dios me habló…mi padre celestial me habló… y me ha dicho que ustedes son unos farsantes…que debo seguir tal y como él me lo ha indicado…Que efectivamente son hijos de Satán”

Asombrados por lo que acabábamos de escuchar y con gran decepción, bajamos la mirada…

“¿Por qué entonces tienes miedo hermano…?”

“Porque por mi primera vez en mi vida, siento y se que me miente…y no tuve el valor de enfrentarlo…
Mi padre me mintió…
Mi Dios me mintió…
Si es que acaso ustedes tuviesen razón en todo lo que me han mostrado…entonces ¿debo vivir para ser parte de eso…?”

“No sufras hermano…no durará mucho tu sufrimiento…sabemos que lo presientes, aun que sabemos también que crees que Dios lo evitará, que Dios te salvará…
Pero no será así…
Pronto dejarás de existir…Pronto descansarás…”

“Pero hoy sé de todo ese mal…¿Cómo podré descansar así?…”

“No querido hermano, tampoco es de esa forma…no te preocupes…no verás y no sabrás de nada al lugar al que vas a ir…
Calla y duerme…por favor duerme…
Ya es demasiado sufrimiento el que has tenido hoy…
Duerme…Por favor.

Los extraños visitantes, dejaron el cuerpo dormido de aquel hombre sobre su manto y se dispusieron a partir…
Ninguno mencionó palabra…Ninguno hizo gesto…
Sólo se alejaron con un entumecedor silencio…y pronto aquella luz que los acompañaba se fue apagando lentamente…sabían que Jesús despertaría creyendo que soñó, que sólo fue un mal sueño producido por su estado de salud…
Lo sabían perfectamente…
lo sabemos perfectamente hoy…

Porque después de aquella noche, nada…absolutamente nada cambió…