"Es una condición que consiste primordialmente en poder diferenciar, evaluar y valorar la formación objetiva de la subjetiva dentro del criterio de un individuo".
(H. Harrell 1987)
Este criterio por lo general se conforma con la acumulacióne conceptos, cuya relatividad valorativa va relacionada directamente con el momento histórico y una ubicación geográfica determinada, aparte de la influencia social y familiar. Esto quiere decir, que toda opinión vertida desde el criterio de cualquier sujeto, estará fuertemente afectada y determinada por el tiempo y el lugar en la que se emita.
En temas cargados de emociones y apasionamientos conceptuales como la sexualidad, la religión, etc. las opiniones que se presentan por parte de los sujetos, pueden en un momento dado, no representar totalmente la validez del concepto en sí, ya que éste, se verá afectado por el momento histórico en la vida de la persona que lo expresa.
Lo cual nos lleva a asegurar que, debido a que nuestra cultura no nos permite configurar nuestro criterio con base en experiencias originadas en los hechos, como encontramos en otras culturas, sino con el acumulamiento desmedido de opiniones ajenas y totalmente carentes de comprobación; no nos debe sorprender que las personas opinen algo que nunca hayan experimentado y sin embargo, lo presenten con tal seguridad que parezca originado directamente en la experiencia propia. Por tal motivo, es muy importante definir qué conceptos corresponden al criterio en sí y cuáles al pseudo-criterio.
Una de las formas más sencillas de hacer este discernimiento es observando si el concepto es etiquetado de "bueno" o "malo", como por ejemplo: "Tener relaciones sexuales antes del matrimonio es malo..." o "Llegar virgen al matrimonio es bueno..." esto indica que quienes piensen de esta forma, están etiquetando el concepto, por lo tanto su apreciación es relativa, ya que dependerá directamente de quién la presente, dónde la presente y cuándo lo haga.
Esto no quiere decir que se vayan a menospreciar los conceptos ajenos, solo se pretende unificar la metodología de apreciación, ya que sabemos que utilizando nuestro pseudo-criterio nublamos la objetividad porque carecemos de la experiencia necesaria para validarlo. No piensa de igual manera una mujer de 65 años que un joven de 14, ni un joven de 19 años que vive en Alemania pensará igual que una que viva en Puerto Rico aun cuando tengan la misma edad. Por lo mismo, una persona que apoyado en su educación piense hoy de una manera, puede o no hacerlo de la misma forma dentro de 20 años.
También con esto, lo que queremos enfatizar es que, lo que se presenta dentro de este libro no debería de ningún modo ser "etiquetado" como bueno o malo, es información y por lo tanto simplemente "es" y dependerá del lector si lo pone en duda para afianzarlo con su comprobación como un conocimiento o simplemente lo desecha por no estar de acuerdo, siempre y cuando lo haya puesto en practica primero.
Si una persona está o no de acuerdo con lo presentado no debe intentar convencer a nadie, ya que su apreciación es personal y respetable, pero de ningún modo éticamente transferible.
En cuanto a la Cultura, parece que frecuentemente olvidamos su verdadero contexto. Debemos recordar que la repetición de cualquier acontecimiento nos da como resultado una costumbre y que el conjunto de costumbres a su vez nos dan una tradición. Por lo que el agrupamiento de tradiciones que conforman la Cultura, no son definitivas con relación a los hechos que son constantemente comprobables y cuyas variables no los afectan.
Por lo que como seres pertenecientes a una determinada cultura, no debemos olvidar que podemos ajustar, incluir o definitivamente nulificar cualquier tradición que no cumpla con los requerimientos de su conceptualización: Este es, el brindar un orden social que favorezca a sus integrantes y les brinde mejor calidad de vida.